No es momento de bajar la guardia

editorial 84 

2020 quedará en la historia como uno de los años más desafiantes a nivel mundial. El reto que tenemos para los meses y años venideros es aún mayor: mantener el trabajo articulado con el objetivo de asegurar que la reactivación se consolide. Para lograrlo, la anticipación y coordinación, junto con la apuesta público-privada, serán decisivas para recuperarnos económicamente.

Por Alejandro Callejas
Gerente de Camacol Bogotá y Cundinamarca

Coincido con las palabras del ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, durante nuestro Encuentro de Empresarios, donde explicó que la reactivación del sector fue exitosa gracias a la anticipación, coordinación, seguimiento y trabajo en equipo. Esta estrategia, junto con la rigurosidad en la implementación de los protocolos de bioseguridad, nos llevó a activar el sector minimizando al máximo el riesgo de contagio del Covid-19.

Las cifras de los primeros seis meses del año del sector edificador evidenciaron una contracción en la región generada por la coyuntura, desacelerando el crecimiento que habían mostrado en el primer bimestre los indicadores líderes de la actividad (lanzamientos, iniciaciones y ventas de vivienda). Lo alentador es que el semestre mostró cifras cercanas a los promedios de los últimos cinco años, lo que se debe principalmente a la capacidad de los empresarios para adaptarse y hacer uso de la tecnología.

Aunque el panorama es relativamente alentador, es necesario continuar en la senda para una plena reactivación de nuestra economía, con la generación de empleo y haciendo apuestas desde la formalidad. Por eso hemos insistido, y seguiremos haciéndolo, en la importancia que cobra la ejecución de los planes parciales de desarrollo y de renovación urbana, tema que consideramos prioritario para la ciudad por el potencial como motor de progreso de la recuperación que hoy necesitamos.

Hoy Bogotá cuenta con 46 planes parciales adoptados que no han finalizado su desarrollo, lo que se traduce en un potencial de aproximadamente 160 mil unidades de viviendas, de las cuales más de 77 mil son del segmento de vivienda social. Llevar a cabo la construcción de estos proyectos generaría alrededor de 367 mil empleos directos, 408 mil indirectos y más de 22 billones de pesos en demanda de insumos. Una vez estén finalizados, estos planes parciales le pueden representar a la ciudad alrededor de 270 mil millones de pesos anuales por concepto de impuesto predial. Cifras que demuestran que es una apuesta en la que todos ganan.

Las bondades de los planes parciales y su necesaria implementación y puesta en marcha de manera urgente, esta es la verdadera reactivación de la ciudad y está en manos de la Administración, con voluntad y trabajo conjunto.