- Camacol B&C, mediante una alianza estratégica, presenta el Servicio de Alertas Meteorológicas (SAM), que permitirá pronosticar las variaciones atmosféricas y transmitir la información oportuna para optimizar la planeación en las obras de construcción.
En las últimas décadas las condiciones de tiempo en la región han variado, a tal punto que ya se pueden percibir nuevos comportamientos atmosféricos. La precipitación es uno de estos. Los aguaceros intensos han venido aumentando en los últimos 30 años, y aunque llueve la misma cantidad de agua, la intensidad en algunos días aumenta, haciendo que se demande mayor precisión en los cálculos para lograr adaptarse a estas nuevas condiciones.
La configuración geográfica y extensión de ciudades como Bogotá, hace que se cuente con diversos microclimas, lo que se significa que mientras llueve en el centro o el norte de la ciudad, simultáneamente puede estar despejado y caluroso en el occidente y sur. En una ciudad como Bogotá llueve 180 días en promedio con un acumulado entre 500 y 1000 mm/año, un volumen inferior a ciudades como Medellín (1500-2000 mm/año) y sustancialmente bajo si se compara con ciudades como Villavicencio (4000-5000 mm/año) o (Florencia 4000-5000 mm/año).
Cabe anotar que estas condiciones varían cada cierto número de años, debido a la presencia de fenómenos como El Niño, evento climático ocasionado por el calentamiento del Océano Pacífico en el que se presenta tiempo seco, y que según Minambiente, genera impactos en las diferentes actividades económicas, especialmente en la región Andina, norte del Pacifico y Caribe. El otro fenómeno es La Niña, que propicia el aumento considerable de las lluvias y la disminución de las temperaturas en estas mismas regiones, y es ocasionado por la disminución de la temperatura del Océano Pacífico. En conjunto, estos dos fenómenos generan efectos sobre el territorio como áreas y viviendas inundadas, remoción en masa, incendios, cultivos afectados, brotes de enfermedades, entre otros.
Una de las actividades más afectadas es la del sector constructor, uno de los motores de la económica nacional que aporta cerca de un 7% al PIB. La variación de las condiciones atmosféricas es de gran importancia, dado que muchas de las actividades se realizan a cielo abierto. Esto requiere que el proyecto deba estar preparado frente a eventos inesperados como la caída de rayos, fuertes vientos, tormentas, chubascos, inundaciones o inclusive radiación excesiva, riesgo que se aumenta por la presencia de grúas y mástiles y que se pueden traducir en pérdidas parciales de materiales y retrasos en el cronograma de obra.
Entender y anticiparse a los eventos extremos que generan riesgos facilita la implementación de medidas de mitigación para las obras de construcción. Pensando en esto, Camacol B&C, en alianza con Canal Clima, pone a disposición del sector el Servicio de Alertas Meteorológicas (SAM), que cuenta con un centro control que reporta información en tiempo real obtenida de satélites y estaciones de monitoreo ubicadas en todo el país, lo que permite pronosticar las variaciones atmosféricas y transmitir la información oportuna a obras de construcción a través de mensajes de texto, WhatSapp, correo, entre otros.
Con este servicio, el Gremio brinda herramientas que aportan al mejoramiento de la productividad y competitividad de las empresas afiliadas, como una apuesta a la tecnificación del sector.
