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Reglamentación: un compromiso con Bogotá y con sus ciudadanos

  • En medio de un ambiente particularmente convulsionado en el que la guerra internacional se hace presente y las campañas políticas internas se desarrollan a todo vapor, es difícil tratar de situar la atención en temas como el ordenamiento territorial de nuestra ciudad y nuestra región. Sin embargo, las consecuencias de su aplicación son de tal magnitud que es preciso hacer un esfuerzo y plantear algunos temas de manera clara y objetiva.

Quisiera iniciar resaltando que el año 2021 fue un año espectacular para nuestro sector en Bogotá y Cundinamarca. No solo se alcanzaron niveles nunca antes vistos en ventas de vivienda sobre todo de interés social, también iniciaron su construcción más de 36 mil unidades, lo que se traduce en que no solo miles de familias como la suya y la mía ahora cuentan con una vivienda propia, también cientos de miles de familias se reactivaron económicamente (más de 200 mil en Bogotá) gracias a la generación de empleo directo que se deriva de nuestros proyectos.

 

Vale la pena resaltar también que después de muchas luchas y esfuerzos conjuntos la administración distrital adoptó varios planes parciales de desarrollo y despertó del letargo burocrático varios planes parciales de renovación urbana que esperamos se vuelvan norma este año habilitando el suelo para la construcción de más de 15 proyectos importantes de vivienda.

 

No obstante lo anterior el año 2022 trae sus propios retos que necesitan ser resueltos sumando voluntades, capacidades y mucho trabajo en equipo. Como se sabe al cierre del año pasado se decretó el nuevo POT de Bogotá. A pesar de las reservas de fondo que tenemos sobre este documento, tomamos la decisión de concentrar nuestro esfuerzo en ayudar a que su pronta reglamentación permita su real aplicación y con ello entender las verdaderas consecuencias de sus apuestas de ciudad.

 

Hoy existe una incertidumbre enorme en el sector constructor, no solo en las empresas que se dedican a este oficio, los curadores, los propietarios de la tierra, los inversionistas, las familias etc; no cuentan con una norma completa ni precisa para poder licenciar los proyectos de vivienda nuevos. La verdad es que hoy es prácticamente imposible licenciar un proyecto nuevo debido a la falta de claridad, incompletitud que dejo planteados el decreto 555 nuevo POT de Bogotá de allí la importancia de poder reglamentar cuanto antes esta norma, proceso que hasta ahora no ha cumplido con los cronogramas propuestos y a pesar de haber enviado varias propuestas aun no conocemos una palabra de las propuestas normativas.

 

Si bien es cierto como lo dijimos arriba la adopción de planes parciales es muy importante, cientos de empresarios (pequeños y medianos) y cientos de miles de viviendas no operan a través de ese mecanismo razón por la cual la alerta es importante y debe ser recibida por las autoridades con respeto y buena fe.

 

Una reglamentación rigurosa, técnica y pronta es absolutamente necesaria. Trabajar en equipo para lograrla debería ser un mantra del sector público y privado. Las recomendaciones, alertas y sugerencias no nos hacen contrapartes, las preocupaciones responden a cientos de miles de empleos que están en juego, a las viviendas, espacio público que se requiere construir y consolidar sobre todo para las familias más vulnerables y por supuesto a la propia sobrevivencia de un sector que hoy quiere seguir aportándole a la ciudad y la región con esfuerzo y lealtad.Dejamos para la próxima columna, la visión regional y el agua. Tema clave para nuestro departamento.

 

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