CEFE Chapinero: orgullo gremial, orgullo bogotano

  • Los bogotanos ya cuentan con una nueva estructura nueva que promueve la inclusión y genera bienestar. El Centro de Felicidad Chapinero es ejemplo de lo que resulta del trabajo articulado, uniendo esfuerzos del sector público con la experiencia y calidad de la actividad empresarial.

El 21 de noviembre pasado una nueva sesión de la Junta Directiva de Camacol B&C se realizó para dar seguimiento a los temas más importantes que lidera el Gremio. La novedad esta vez fue que los 14 representantes de los diferentes segmentos se dieron cita en una de las salas múltiples del Centro Felicidad (CEFE) Chapinero, una nueva estructura de la ciudad que en pocas semanas desde su inauguración se ha convertido en un ejemplo de lo que se puede lograr cuando los esfuerzos del sector público se unen con la calidad que ofrece el sector privado, y cuando además los proyectos trascienden a las administraciones, dejando como únicos ganadores a los ciudadanos.

Carlos Moreno, gerente de Contein junto al alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, y otro empresarios en la inauguración del CEFE de Chapinero

La construcción del CEFE de Chapinero es un motivo de orgullo para el Gremio, pues dos de las empresas afiliadas a Camacol B&C estuvieron al frente de esta obra. Una de ellas fue Constructora Colpatria, y del segmento de contratistas estuvo Contein, compañía con más de 40 años de trayectoria. En un consorcio, estas dos compañías participaron en una licitación abierta y transparente, al que se le encomendó la construcción de lo que hoy es un parque vertical para los bogotanos.

“Participamos en la licitación publicada por el Distrito, en la que había que cumplir unos requisitos de experiencia y de idoneidad. Teníamos que cumplir en la capacidad financiera, legal y técnica. Así fue como se asignó a un consorcio entre Constructora Colpatria y nosotros”, cuenta el gerente de Contein, Carlos Moreno.

El CEFE es un ejemplo de los proyectos de ciudad que transcienden a las administraciones. La idea nació en la alcaldía de Enrique Peñalosa, en 2018, con el objetivo de brindar a los bogotanos un lugar donde tuvieran al alcance el arte, la cultura, el deporte y la recreación, promoviendo el bienestar integral. Entonces se lanzó un concurso de arquitectura, siendo ganador el diseño de Manuel Alejandro Rogelis, con su propuesta "el lugar más inclusivo en el barrio más exclusivo de la ciudad". En 2019 fue adjudicado al consorcio conformado por Contein y Constructora Colpatria. Durante la administración de Claudia López (2020-2023) se avanzó con el proyecto, con los desafíos que trajo la pandemia del Covid 19, lo que demoró la construcción. Finalmente, fue entregado a la ciudadanía por la actual administración.

Durante el acto de inauguración, el pasado 18 de octubre, el alcalde Carlos Fernando Galán destacó la obra por lo que representa para la gente y por ser un ejemplo de su apuesta de construir sobre lo construido: “Esta obra es una muestra de que la ciudad está siempre por encima de sus gobernantes y que nuestra tarea es, sencillamente, cumplir el mandato para el cual fuimos elegidos”, dijo el mandatario reconociendo la labor de los exalcaldes Enrique Peñaloza y Claudia López.

 

Construcción moderna y sostenible

En una edificación de casi 45 metros de altura, y, sin duda, un símbolo de la transformación urbana de Bogotá, su objetivo es la democratización del acceso a la cultura y el deporte. Su diseño fue pensado para invitar a las personas a disfrutar de actividades recreativas en un entorno accesible y moderno, impulsando la convivencia y el bienestar.

Según la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte, entre los puntos que hicieron ganar la propuesta de Rogelis está “su enfoque inclusivo y sostenible, integrando un sistema de drenaje para la reutilización de aguas lluvias, lo que refleja un compromiso con el entorno natural de la ciudad”. El CEFE tiene un componente de innovación en el manejo ambiental: aguas, ventilación, ahorro energético y su integración con la naturaleza.

La moderna edificación está dotada de múltiples espacios, como aulas de formación en artes escénicas y música, una biblioteca, laboratorios creativos, un teatro al aire libre, dos piscinas recreativas y una semiolímpica, un gimnasio y áreas para la contemplación y el deporte, entre otros. Todo al alcance de cualquier bogotano o visitante que quiera disfrutar del parque.

Moreno explica que se trata de un parque vertical, donde el visitante va subiendo libremente por los cerca de 11 mil metros cuadrados hasta llegar a la cubierta, y en el recorrido puede disfrutar del mobiliario instalado.

Uno de los retos fue el tipo de construcción. “Todo es en concreto a la vista, lo que complejiza un proyecto de este tipo. En la construcción tradicional, si hay que modificar algo se rompe un muro y se repara, en el concreto no se puede. Desde el inicio todo debe estar resuelto: redes hidráulicas, sanitarias, eléctrica, sonido, etcétera. Todo debe estar perfectamente planeado y resuelto”, explica Moreno.

Para el empresario, la mayor satisfacción es cuando se ve las obras funcionando, y ver cómo la gente puede ir a nadar y a hacer diferentes actividades.

La experiencia del CEFE es, sin duda un ejemplo de lo que las empresas formales de la construcción tienen por aportar. “Somos parte de la cadena básica de la vida. La gente necesita alimento, salud, vivienda y recreación, y finalmente los constructores lo que producimos es vivienda e infraestructura para la producción de alimento, para salud y los espacios que la gente necesita. El constructor es el que marca el desarrollo de las ciudades. Cualquier ciudad del mundo es reconocida por las construcciones que tienen, el constructor le da elementos de identidad a la ciudadanía. Ahí no es suficiente la labor individual de las empresas, sino la labor como gremio”, destaca el gerente de Contein.